Cuando profundizamos en inversión inmobiliaria podemos encontrar distintas formas de obtener ingresos pasivos a través de nuestros alquileres dependiendo del tipo de inquilinos al que nos dirigimos y la necesidad que vamos a cubrir en cada uno de ellos. A continuación detallo algunos tipos de inversión inmobiliaria más comunes y las ventajas de cada uno:
Alquiler en larga temporada
El alquiler en larga temporada implica comprar una propiedad con el objetivo de obtener ingresos pasivos a través del alquiler a largo plazo, generalmente por un período mínimo de 6 meses. Esta modalidad de inversión inmobiliaria puede proporcionar un flujo constante de ingresos y también puede aumentar el valor del activo con el tiempo. Además, el alquiler a largo plazo puede proporcionar estabilidad financiera y reducir la necesidad de buscar nuevos inquilinos con frecuencia. Es de todas las modalidades la más pasiva en cuanto a gestión
Alquiler por habitaciones
La explotación por habitaciones implica comprar una propiedad con el objetivo de alquilar habitaciones individuales a diferentes inquilinos. Esta modalidad de inversión inmobiliaria puede proporcionar un flujo constante de ingresos y también puede reducir el riesgo de vacantes prolongadas, ya que es más fácil encontrar varios inquilinos para habitaciones individuales que para una propiedad completa. Además, la explotación por habitaciones puede permitir una mayor rentabilidad por metro cuadrado. Esta modalidad tiene una gestión media en cuanto a tiempo que dedicar
Alquiler vacacional
La explotación vacacional implica comprar una propiedad con el objetivo de obtener ingresos pasivos a través del alquiler a corto plazo, generalmente por períodos de una semana o menos. Esta modalidad de inversión inmobiliaria puede proporcionar un retorno significativo si se encuentra una ubicación popular y se alquila con frecuencia, suele ser la más rentable de todas pero es importante atender el dato de fiscalidad que podamos tener sobre éstos beneficios. Además, el alquiler vacacional puede permitir una mayor flexibilidad en el uso de la propiedad, ya que se puede alquilar por períodos más cortos o utilizarla como residencia secundaria por los propios inversiones. Esta gestión es la más activa de todas, por la rotación de los inquilinos y porque la atención es muy personal y constante, los imprevistos que puedan surgir en la vivienda tenemos el compromiso de cubrirlos con inmediatez y eso requiere dedicarle tiempo a cualquier hora.
En resumen, hay muchos tipos diferentes de inversión inmobiliaria, cada uno con sus propias ventajas y desventajas. Es importante investigar cuidadosamente cada opción antes de tomar una decisión y asegurarse de que se ajuste a nuestras metas financieras y nivel de riesgo. Hablar con un experto en inversiones es muy útil para tomar la mejor decisión para nuestra situación financiera. Ahí es donde entramos nosotras, tanto para ayudarte a definir la estrategia como para hacer que elijas la modalidad para que la gestión sea 100% pasiva para el inversor y sólo tenga que ver su cuenta crecer cada mes con los ingresos generados por la misma.
