











El principio de todo
En el año 2019 compramos nuestra primera vivienda en Málaga mientras vivíamos fuera de la ciudad por trabajo. Tener algo en nuestra ciudad natal como segunda residencia que además pudiera acabar siendo nuestra casa si algún día volvíamos podía ser una buena opción. La bautizamos como “Pepidream”, ya que elegimos un pueblo costero en el que siempre había soñado vivir mi madre. Nos emocionaba la idea de que mi madre lo pudiera disfrutar mientras estábamos fuera y además tener un lugar propio para pasar las vacaciones y escapadas de fines de semana.
Sin embargo, después de un tiempo, nos dimos cuenta de que no íbamos a utilizar la propiedad tanto como habíamos pensado. Fue entonces cuando empezamos a considerar la posibilidad de utilizarla como negocio vacacional. Al principio, nos daba un poco de miedo la idea de abrir nuestra casa a extraños, pero finalmente decidimos dar el salto.
Aquí vivimos nuestro confinamiento, pasamos muchísimo tiempo, y creamos recuerdos inolvidables: compartimos, como la mayoría, el espacio de deporte, trabajo, comidas y ocio en esos pocos metros cuadrados, pero en los que podemos decir que juntas nos sentimos felices y agusto. Un lugar en el que sabíamos lo felices que se podía ser en buena compañía.
Al principio, nos costó adaptarnos a la idea de que nuestra casa se convirtiera en la casa de tantas personas. Pero pronto nos dimos cuenta de que era una oportunidad única para generar un ingreso extra en nuestra economía y para compartir nuestro rincón favorito del mundo con otros viajeros.
Creemos que las propiedades tienen vida propia y que se llenan de historias y recuerdos cuando se utilizan y disfrutan. Y hoy, como podéis comprobar en las reseñas que este apartamento tiene muchas historias felices se han añadido a la nuestra.
En conclusión, comprar una propiedad en la zona de costa como segunda residencia y acabar convirtiéndola en un negocio vacacional exitoso ha sido una experiencia increíble para nosotras que nos ha empujado a crear más. Estamos agradecidas de haber sido capaces de compartirla y de hacer sentir únicos a los que la vivan. Sin duda un buen comienzo en el camino de la gestión vacacional que tanto nos apasiona.